miércoles, 30 de mayo de 2012

cronica de la etapa 25

Hoy la etapa a sido otra dosis de naturaleza y belleza. Al poco de dejar Cebreiro he coronado el alto del pollo, cortiro en longitud pero intenso en inclinacion, sin muchas dificultades. Ahi las vistas son muy abiertas, viendo montañas e inmensos campos de pasto para el ganado, con muchas vacas campando a sus anchas por ellos. A partir del alto del pollo y tras un par de kilometros junto a una solitaria carretera nos adentramos de nuevo en mas y mas corredoiras, casi tan intensas como las de ayer pero sin las grandes rocas del suelo. Cada poca distancia aparecia de pronto y sin aviso un pueblo pequeño y totalmente dedicado a la ganaderia y al cultivo, con ese olor caracteristico a ganado y un monton de tractores por la calle. son pueblos rusticos, ni tan arreglados ni tan bonitos como los de la etapa de Foncebadon a Pereje, pero con la belleza de ser pueblos de "uso", donde todo el mundo se dedica al ganado, con balas de paja en mitad de la calle, todo terrenos con ballo hasta en el techo, elementos de labranza en cualquier esquuna y naves de vacas y casas a partes iguales. En uno de ellos me he parado a desayunar escuchando el mujir de las vacas, posiblemente pidiendo su ordeño diario o su paseo por el campo para comer. Y asi, entre pueblos de la "españa profunda" y corredoiras he llegado a Triacastela, mi final de etapa, practicamente sin darme cuenta y casi deseando por primera vez desde que empece el camino que no se acabase la etapa.

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